Prisma Journal. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades
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ISSN-L: 3091– 1893
DOI: 10.63803
168
© Prisma Journal 2025 | Vol. 1 – Núm. 3 | ISSN: 3091-1893 | pp 167–174 | Licencia CC BY 4.0
Introducción
Las familias son concebidas como el núcleo principal de cualquier sociedad, lo que les convierte en
base fundamental para el desarrollo de todos los ámbitos de la vida. Con el pasar del tiempo su
formación se ha ido modificando desde su estructura nuclear conformada por bases biológicas y
afectivas por mamá, papá e hijos; mismo grupo que se ha diversificado por diversas circunstancias
de pobreza, migración, orientación sexual, entre otras; actualmente existen diferentes tipos de familia.
Por lo que para este estudio se analiza el termino de diversidad familiar como respeto y respaldo a
una sociedad inclusiva citando únicamente a “las familias” como el grupo de estudio.
Teniendo claro que las familias son diversas en todos los sentidos, es necesario comprender este grupo
social, desde la educación formal para brindar los apoyos necesarios para que se sientan participes y
protagonistas en el proceso educativo. Por lo que se propone la orientación a las familias como una
herramienta esencial que propicie un espacio de comunicación, intercambio y superación de los
hábitos de crianza para el desempeño exitoso de sus funciones (Moreira y otros, 2022). Tema que ha
sido estudiado a nivel internacional por autores como: (Fernández Hawrylak, 2002), (Duany-
Timosthe, 2017), (Rodríguez Ochoac y otros, 2023), (Bert, 2012); quienes realizan una
sistematización teórica y práctica de la orientación a las familias en múltiples poblaciones,
relacionados con el ambito de educación.
Desde este enfoque, se analiza las diversas funciones de las familias, desde la económica, biológica,
cultural y educativa que desempeñan las familias en la primera infancia, es un tema de gran relevancia
dentro del contexto educativo actual. Según la (UNESCO, 2024) subraya que la participación activa
de las familias en la educación temprana tiene un impacto positivo en el desarrollo y aprendizaje de
los niños. Además, estudios como los de (Banaag, 2006) resaltan que los primeros años de vida son
determinantes para el éxito escolar futuro.
En Ecuador, (Aguirre y Jiménez, 2020) destacan la importancia de fomentar espacios de cooperación
entre la familia, la escuela y la comunidad para garantizar un entorno educativo óptimo. Asimismo,
autores como (Tamayo, 2021), enfatizan la necesidad de fortalecer la relación entre familia y escuela
para mejorar el desarrollo integral de los niños. Además, se resalta cómo las interacciones, los valores
y los entornos creados por las familias inciden directamente en el desarrollo integral de los menores,
lo que se encuentra respaldado por la normativa vigente en el país como la constitución nacional y la